sábado, 12 de junio de 2010

11.- Cirugía Robótica

El primer robot controlador realimentado fue el regulador de Watt, inventado en 1788 por el ingeniero británico James Watt. Este dispositivo constaba de dos bolas metálicas unidas al eje motor de una máquina de vapor y conectadas con una válvula que regulaba el flujo de vapor. A medida que aumentaba la velocidad de la máquina de vapor, las bolas se alejaban del eje debido a la fuerza centrífuga, con lo que cerraban la válvula, y por lo tanto disminuía el flujo de vapor a la máquina y en consecuencia la velocidad. Según fue mejorando la tecnología, se fueron desarrollando máquinas especializadas en realizar tareas concretas, como poner tapones a botellas, o verter caucho líquido en moldes para neumáticos. Sin embargo, ninguna de estas máquinas tenía la versatilidad del brazo humano, y no podían alcanzar objetos alejados y colocarlos en la posición deseada. Esto hizo que se empezase a investigar el desarrollo del brazo artificial multiarticulado, lo que llevó al moderno robot. El inventor estadounidense George Devol desarrolló en 1954 un brazo primitivo que se podía programar para realizar tareas específicas. En 1975, el ingeniero mecánico estadounidense Victor Scheinman desarrolló un manipulador polivalente realmente flexible conocido como Brazo Manipulador Universal Programable. Era capaz de mover un objeto y colocarlo en cualquier orientación en un lugar deseado que estuviera a su alcance, siendo la base de la mayoría de los robots actuales.


Estudio, práctica y entrenamiento
El entrenamiento habitual de los cirujanos en los procedimientos quirúrgicos se realiza utilizando cadáveres, animales vivos, o intervenciones quirúrgicas reales guiadas por expertos. A pesar de todo esto, todavía existen muchas consideraciones en contra de estos procedimientos. Debido a esta situación, durante la última década se han comenzado a desarrollar herramientas que permitan mejorar, no solo la manera en que se entrenan las destrezas del cirujano, sino reducir al mínimo los riesgos operatorios como resultado de la práctica quirúrgica sobre la simulación de las condiciones físicas y patológicas del paciente tipo. Es así como se han desarrollado los Sistemas de Simulación Quirúrgicos (SSQ). A nivel mundial, diversos centros de investigación se han dedicado a desarrollar sistemas programáticos capaces de simular a través de la realidad virtual, condiciones similares a las que podría enfrentarse dentro del desarrollo profesional un cirujano. Cascos con viseras a través de las cuales se proyectan imágenes similares a la realidad, guantes que interactúan con elementos inexistentes, mesas de trabajo sobre las que se practican los movimientos requeridos para la intervención quirúrgica, brazos robóticos de precisión extrema controlados a través de computadoras y cirugías llevadas a cabo por equipos médicos situados a kilómetros de distancia del paciente, son apenas algunos de los avances tecnológicos que han sido implementados en el estudio y avance de la cirugía durante las últimas décadas.


Futuro de la cirugía robótica
En un principio se inició para realizar operaciones relacionadas con el corazón. Más adelante, comenzó a utilizarse para realizar diversos tipos de operaciones. La miniaturización de la tecnología digitalizada, llamada micro y nanotecnología, junto con la cristalización de proyectos de cirugía de telepresencia, plantean las bases para el desarrollo de la micro y nanorobótica, en este momento existe la capacidad para realizar micromanipulación entre 10 y 150 micras. En un futuro, se pretende poder unir los conceptos de nanotecnologia aplicada a la medicina y cirugía robótica, reduciendo el tamaño de los robots y abriendo así un nuevo abanico de posibilidades dentro de la medicina.
La cirugía robótica en España
En el año 2005, en Barcelona, la Fundación Puigvert estrenó el primer robot Da Vinci instalado en España, con un coste de un millón y medio de €uros. Desde el día 6 de Julio de 2005 el robot se ha utilizado para realizar prostatectomías radicales (Extirpación completa de la próstata cancerosa). Es importante resaltar que la estancia hospitalaria se reduce a poco más de 24 horas y la recuperación postoperatoria también es más rápida, con el robot el margen positivo del tumor residual es muy inferior (9%), respecto al promedio de la laparoscopia (20%). También reduce la posibilidad de que el paciente sufra impotencia por afectación de los nervios eréctiles o causarle incontinencia. Humberto Villavicencio, jefe del Servicio de Urología de dicha fundación, saltó de las operaciones abiertas a la robótica tras un breve paso por la laparoscopia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario